sábado, 4 de septiembre de 2010

La magia de la cámara lenta (1)

Por Cuauhtémoc Gama Ponce 

Proemio

Llegado el momento, no hay más que esperar.

    Puede ocurrir, sin embargo, que poco antes se tengan ganas de un café, de un cigarrillo y ¿por qué no? de poner algo de música y colocarse los audífonos para escuchar mejor, hacia dentro de uno mismo.

    Puede suceder, porque en ocasiones así son las cosas, que se abra el libro cuya lectura se había postergado en las últimas semanas, y, efectivamente, retomar el hilo de la historia.

    Puede acontecer, inclusive, que después de un tiempo se tengan deseos de bailar…

    Y uno se levante…

    Y se haga un par de pasos…

    No más… Frente al espejo.

    Y ya está. La musa ha bajado de los cielos a darnos unos instantes de paz.

    Carajo, qué bien se siente…

1 comentario:

Mario A. Diaz dijo...

Hoy me he dado un tiempo para leer, mas bien diria para "escuchar" a un amigo, al que no habia puesto atención.

Que bueno que escribe, si solo hablara me hubiera perdido sus palabras.